“Nos acercamos a un futuro en el que las organizaciones deberán hacer frente a multitud de amenazas y desafíos que requerirán un responsable de cumplimiento”. Es una afirmación que se está repitiendo en todos los sectores de actividad.
¿Y qué hace un “Compliance Officer” o “CO”, como comienza a conocerse también? ¿Por qué se dice que está llamado a ser una figura imprescindible en las empresas?
Por sus funciones. Porque estos profesionales son los responsables de controlar, detectar y prevenir las malas prácticas y también de crear una cultura corporativa en la que la ética y las buenas prácticas están implícitas en todas las actividades de la empresa.
En definitiva, es la persona que defiende los intereses de terceras partes- como clientes, proveedores y la sociedad en general- en las actividades que realiza la propia empresa.
“Nos acercamos a un futuro en el que las organizaciones deberán hacer frente a multitud de amenazas y desafíos que pueden poner en peligro su estabilidad, progreso y reputación. La figura del ‘Compliance Officer’, que vela por minimizar los riesgos, se ha vuelto imprescindible para que las empresas no incurran en una responsabilidad penal”.
Teniendo en cuenta su posición estratégica y la necesidad de que su autoridad sea transversal a todos los departamentos, un responsable de cumplimiento normativo debe poseer 5 aptitudes esenciales e irrenunciables para asegurar el buen funcionamiento de los procesos:
1.- Capacidad de liderazgo y trabajo en equipo.
2.- Ser capaz de tomar decisiones de forma autónoma.
3.- Una buena formación: un jurista por supuesto.
4.- Estar al día de todas las novedades.
5.- Prevención, organización y control.
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